La vida tiene sus extraños pasajes, de pronto un día tienes todo
asegurado y al siguiente, se diluyen en la nada aquellos sueños que has
sostenido por largo tiempo. En el momento, no tienes las respuestas,
solo la desorientación de lo que significa un cambio tan radical
intentando re-enfocarse en la nueva perspectiva, que nunca se sabe hacia
dónde va.
Luego, pasado el desconcierto, recuperada la cordura y en el intento de
lograr la serenidad para poder observar el horizonte que se presente
enfrente, viene la clásica pregunta… y ahora qué?
Y en ese vacío, es donde comienzan a aparecer otras soluciones, cuando
el shock ha pasado, mágicamente se abren alternativas que ni siquiera
soñamos. Claro, por supuesto, existe también la posibilidad de quedarse
atrapado en la tristeza, en la pena que otorga esta experiencia y no
salir adelante, mas por otra parte, es el momento exacto cuando tenemos
la posibilidad real de descubrir nuestros potenciales más profundos,
especialmente si abrimos la mente y el corazón y dejamos que las ideas
se comiencen a manifestar.
Sale el ser creativo, la reinvención inicia un proceso de apertura,
paso a paso se va abriendo el camino y se puede observar un nuevo
horizonte.
Es entonces cuando tomas conciencia que la vida te ha dado un vuelco y
has tenido que tomar otras responsabilidades, otras opciones que estaban
lejos de tus propósitos y que te espera un mundo nuevo, que incluso
desconoces y en el que solo tienes que re-aprender para seguir
avanzando.
Y es en ese instante que hemos de tomar una determinación, que no es
nada fácil y muy dolorosa, dejar atrás afectos, personas con las que has
estado en conexión por largo tiempo, que has compartido experiencias,
que te han apoyado en los momentos de aflicción, que han sido el puente
para saltar barreras difíciles de lograr, personas que son valiosas y
por las que tienes un gran cariño y admiración.
A cuantos de nosotros nos ha tocado vivir esa experiencia?, a muchos,
especialmente quienes hemos tenido a ingrata experiencia de perder un ser querido, a una madre, un padre, a su pareja, a un hijo, donde en ocasiones ni siquiera te das cuenta lo que esta pasando en tu vida, donde la voragine de sensaciones y dolores es tan grande que no pervcibes como pasan las cosas, como pasa el tiempo.
Tal vez podrás atrás dejar la memoria y el recuerdo de momentos que viviste con tus seres queridos más lo que jamás se podrá dejar, son los afectos, ellos siempre
permanecerán en nuestro corazón, independiente de la vida nueva que
tengas que llevar, independiente de lo que hagas, nunca se alejaran de
tu corazón aquellos seres que lo han tocado profundamente y han dejado
grandes huellas en él. Aunque la tristeza se hace presente, en esa
renovación, queda intacta la conexión profunda que lograste con todos
aquellos amigos que aunque no están contigo físicamente, lo están en tu
espacio íntimo de conexión que habita en tu ser y en tu corazón, y ese
espacio, se llama….. Amor.
Un tributo a mi gente que ya no esta conmigo, porque las distancias ni la muerte no borran
los afectos, al contrario, los potencian y especialmente, ayudan a
valorar con mayor fuerza aquello que se ha recibido de todos y cada uno
de ellos, en estos casos, no existe la despedida, solo un hasta pronto,
nos vemos en el camino.
Jamás estaremos lejos, porque al final de la historia….. Somos UNO, en
la UNIDAD.