lunes, 23 de noviembre de 2009

LENGUA, HABLA Y ESCRITURA.

No siempre se nos enseña a hablar, me refiero enseñarnos la manera de encontrar las palabras que se usan para hablar desde el corazón y explicar lo que sentimos, lo que queremos, lo que nos duele y tanto más.
He observado desde hace un tiempo que las personas podemos estar juntas, vernos a diario, hablar de muchas cosas, pero muy pocas veces hablamos del corazón.
Hace poco he entendido que no estamos preparados para hacerlo, que los lenguajes del alma son confusos y quizás se enmarañan antes de salir, suponemos demasiado, damos por hecho muchas cosas, esperamos otras, inclusive tratamos de mandar “señales” para que el otro entienda, asuma pero no hablamos. Se congelan las palabras y nos alejamos tratando de decir, pero sin decir nada.
Creo totalmente en el poder y la necesidad de las palabras y en el entendimiento, en las largas conversaciones que terminan por encontrar o desencontrar finalmente a las personas. Pero que están ahí a nuestro alcance para poder mezclar y moldear a nuestro gusto y todas las veces que sea necesario.