martes, 24 de noviembre de 2009

CARTA DE UNA DESGRACIADA

Acaso crees que me siento mal por lo que te hice? JA, JA, JA
¿En verdad crees que mi conciencia no me deja en paz por haberte roto el corazón? Pues te equivocas ¡Mi conciencia se perdió hace ya mucho tiempo!
Como cuando como yo, alguien me destrozó la ilusión del amor.
¿Crees que no es justo que me desquite contigo? Solo dime que es justo en esta vida.
Cuando yo entregue el corazón una y otra vez, solo se burlaron de mí, me humillaron y lastimaron mi alma ¿Pero dime ahora quien ríe y quien llora? No sabes el placer que siento al verte en ese rincón, hundido en el llanto y sin la más mínima ilusión en tus ojos.
¡Y no, no me veas así! Ya te lo dije, yo no tengo sentimientos.
Y si es verdad, solo te usé, me divertí mucho contigo, pero te equivocaste, yo no estoy hecha para amar.
No te preocupes no eres el primero ni el único al que le he hecho esto, bien deberías saber la fama que tengo en mi clase, y me siento orgullosa de ello.
Las patanes tenemos una filosofía, "Hay que disfrutar el momento".
Además, ya no llores, la vida sigue JA, JA. Y ya no te sigas quejando, ¡Yo nunca te obligué a nada, tú tuviste la culpa, pues creíste en mis mentiras! Cuando te dije que desde que te conocí había decidido cambiar, tan solo fue un engaño.
No les hiciste caso a tus amigos y mírate ahora, estás solo y triste.
Pero no creas que siempre fui así, yo un día creía en que encontraría una principe, como en los cuentos de hadas, escribía poemas a la luz de la luna y me encantaban las baladas románticas.
Pero eso, al contrario de lo que piensan muchos, solo me trajo desamor, pues no estás para saberlo, pero pasé 15 San Valentín sin pareja. Y mírame ahora: me sobran niñitos tontos como tú, que piensan que soy su príncesal.
Ahora tal vez entiendas por qué soy así, simplemente; me cansé de que el amor me manipulara y aprendí a manipularlo a el.
Tal vez no sea lo mejor para ti, pero es lo menos doloroso para mi. Aunque de vez en cuando veo reflejada mi antigua yo en cada una de esos niñitos llorando, porque les rompí el corazón.

lunes, 23 de noviembre de 2009

LENGUA, HABLA Y ESCRITURA.

No siempre se nos enseña a hablar, me refiero enseñarnos la manera de encontrar las palabras que se usan para hablar desde el corazón y explicar lo que sentimos, lo que queremos, lo que nos duele y tanto más.
He observado desde hace un tiempo que las personas podemos estar juntas, vernos a diario, hablar de muchas cosas, pero muy pocas veces hablamos del corazón.
Hace poco he entendido que no estamos preparados para hacerlo, que los lenguajes del alma son confusos y quizás se enmarañan antes de salir, suponemos demasiado, damos por hecho muchas cosas, esperamos otras, inclusive tratamos de mandar “señales” para que el otro entienda, asuma pero no hablamos. Se congelan las palabras y nos alejamos tratando de decir, pero sin decir nada.
Creo totalmente en el poder y la necesidad de las palabras y en el entendimiento, en las largas conversaciones que terminan por encontrar o desencontrar finalmente a las personas. Pero que están ahí a nuestro alcance para poder mezclar y moldear a nuestro gusto y todas las veces que sea necesario.